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Levantando los pies del suelo

AUTOR: Virginia L Reboiras
FECHA: 05/08/2009
CATEDRA: INSTITUCION: Flacso – Educación y Nuevas Tecnologías - Módulo EATIC

“Profe,¿ para qué nos sirve esto que estamos aprendiendo?”

Es una pregunta habitual de un alumno de escuela media. Mis respuestas han sido variadas, aún mis silencios. Supongo que debido a que me he replanteado los objetivos de mi actividad docente en más de una ocasión. Pero no esos objetivos que uno escribe en el papel, que sólo sirven para tranquilizar a las autoridades, sino los otros, los que surgen del compromiso y afecto hacia el alumno y con uno mismo.

Algunas veces pretendo ofrecer a mis alumnos una herramienta para una rápida inserción laboral –soy docente de informática - , otras intento incentivar el pensamiento crítico, la resolución de problemas, quizá también que sean autodidactas y sepan buscar y encontrar las respuestas, (existen los libros, tutoriales, foros y por supuesto hoy “San Google”) , en oportunidades me conformo con despertarles la curiosidad, el interés.

En algunos casos puedo ser constructivista o conductista o ambos, en otros apelo a la evolución. Todo marco teórico es válido siempre y cuando nos acompañe hacia los objetivos propuestos, que dependen de los seres humanos que tenemos enfrente, cada uno con sus características propias, su problemática, su situación familiar, afectiva y económica. No a todos podemos aplicarles el “mismo tratamiento”, la misma estrategia, el mismo método. Tenemos que mirarlos, ver y comprometernos. Es innegable que el sistema en el que estamos inmersos no nos facilita esta tarea y con esto no pretendo levantar la bandera de “maestros uníos, hagamos causa, comprometámonos”.

Diversas teorías guían el camino a seguir por el docente, la construcción del conocimiento, conducción, evolución, y un supuesto tácito o a veces hasta explícito: el alumno nada sabe, es un ignorante y nosotros detentamos el saber…
Por otra parte, si bien el marco teórico nos acompaña, el día a día nos muestra realidades que nos hacen cuestionar la validez de estas propuestas. Al encontramos con un alumno en un entorno familiar destrozado o bien, dentro de una comunidad docente donde los lineamientos son muy poco flexibles, o donde la situación económica solo admite un pensamiento, ¡qué comeré hoy!

En una reunión de padres, de una escuela primaria, surgió este interrogante también:

Padres - ¿Qué queres que los alumnos aprendan?
Respondí (en ese momento) – Que los alumnos sean independientes, autodidactas, capaces de encontrar por si mismos las respuestas en el uso de la computadora y en la vida.
Al pasar los años, le fui sumando, victorias y fracasos, buenas y malas experiencias. Aún no he llegado a conclusiones definitivas, siempre voy creciendo.

En una permanente y dialéctica reflexión sobre mis “modos” de ser docente incluyo siempre una atenta mirada sobre docentes singulares, que no fueron funcionales al sistema vigente en su momento, que lo cuestionaron y aun sucumbieron, renunciando a sus vidas y en algunos casos peores aún a sus convicciones. Hubo muchos, de Sócrates a Angelelli, pasando por Galileo, Juan Jaures, y tantos otros. Lo que los asemeja, a pesar del tiempo, el entorno y las situaciones histórico-culturales diferentes es que no enseñaban discursivamente, enseñaban con el ejemplo, con su propia vida arriesgada y comprometida.

En algunos su método pedagógico consistía, precisamente en ese compromiso, con una polis que había que transformar, con las fuentes del conocimiento que había que defender, con los contenidos cuestionados por el poder de turno. En la convicción de que el verdadero origen del saber esta dentro de nosotros y en la decisión de atrevernos a buscarlo.

Elijo tres significativos de este “método”, para terminar esta exposición.

Sócrates que me muestra, con su ejemplo vivo lo que no puede enseñarse con palabras, porque los demás no son copas vacías que deben llenarse con el agua de nuestras copas… [i]

Hypatia, matemática y astrónoma, cuyo martirio estuvo ligado a la defensa de la biblioteca de Alejandría, destruida por la opresión y el miedo al saber. [ii]

De Diógenes el cínico me inspira una actitud que incluye siempre el aliento y la inspiración, el juego y la disponibilidad y su magnífica capacidad de decir NO a todas las mitologías favorecidas y alentadas por la civilización, es decir, a todo lo que excluye la expresión libre de la singularidad. “No” a todas las instituciones, ideologías y valores comúnmente admitidos, enseñando un soberbio Si: El arte de bastarse a sí mismos, el arte de atreverse, confiando en la inventiva y en el entusiasmo. [iii] El arte de bailar, diría Zaratustra, levantando los pies del suelo. [iV]



[i] Platon “El Banquete”, 175 c pag. 39 de edición Aguilar, Bs As, 1975 trad. Luis Gil Blazquez Martinez, José Maria,
[ii] “La Escuela de Hypatia en Alejandría” Historia y arqueología de las civilizaciones, web http://www.cervantesvirtual.com/Portal/Antigua/index.shtml
[iii]Onfray, Michel, “Cinismos, retrato de los filósofos llamados perros” Paidos 2002, trad. Alcira Bixio
[iV] Nietzsche, Federico, “Asi Habló Zaratustra”, libro dot.com


BIBLIOGRAFIA
- David Perkins "La escuela inteligente"
- Jonassen "Aprender de, aprender sobre, aprender con las computadoras"

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